martes, 14 de julio de 2009

Crónicas de un corazón roto

Ahora vivo en la nube más alta. Extraño aquellos momentos tan hermosos de la vida, pero el tiempo pasa. Todavía estoy averiguando que sucedió realmente, me intriga saberlo. Sigo insistiendo que en mi opinión me mató, pero voy a descubrir información mas detallada. Ahora puedo volar así que puedo ir a cualquier lado, pero sigo siendo un humano. Fui a mi antigua casa donde el mundo parecía lleno de paz y alegría. En la puerta había una carta, la que abrí y contenía un espejo, tal vez lo habían dejado intencionalmente, por que cuando me refleje en el, me di cuenta que podía verme.

Fue ahí cuando comencé a investigar. La única sospecha que tenía en la cabeza era que esa chica era una criminal. Lo primero que hice fue ir a visitar el mundo al que ella pertenecía, y donde todo estaba hecho añicos. Lo más extraño fue que el sol estaba apagado, estaba oscuro, pero mi cuerpo no tenía frío. Fui al último lugar que pisé en mi vida, y en el suelo alcancé a ver un revolver. Los indicios me hacían suponer que me había matado con un arma de fuego. Lo extraño era que a pesar de todo lo que suponía yo la seguía amando. Volví a la nube, triste al saber que ella no estaba, me alojé y descansé hasta el día siguiente.

Al despertar caí en la cuenta de que no había aprovechado la oportunidad de subir al árbol y ver desde ahí si había algún otro mundo. De nuevo en mi espacio, subí a mi árbol, parado allí podía ver un universo completamente diferente. Era todo como un tablero de ajedrez, solo cuadrados blancos y negros. Recorrí ese lugar de punta a punta y lo más sorprendente fue que encontré a un compañero en mi camino. Le pregunté si sabía de la existencia de una muchacha que vivía en un lugar a dos mundos de allí. Él me dijo que la conocía. Entonces quise saber si conocía su nombre. Él me respondió que no, dijo que el nombre de esa chica había sido siempre un misterio. Me contó que desde hacía un tiempo estaba desaparecida y que nadie había vuelto a verla.

Que extraño, desde que yo había dejado de existir, de ella se perdió el rastro ¿Qué pasó realmente? Una de las posibilidades era que la chica fuese solo una ilusión en mi cabeza y que en realidad nunca había existido, que mi compañero me este hablando de otra persona. Decidí seguir insistiendo hasta tener todos los datos de esa joven. Me dí una última oportunidad. Recordé la carta que estaba en la puerta de mi casa, volví allí y la tomé. La leí una y otra vez, intentando sacar algún indicio interesante. Fue en vano; esa carta no explicaba nada. Yo la amaba, así que seguí investigando. Mi compañero decidió volver a su mundo, y me deseo buena suerte en mi búsqueda. Me dí cuenta que toda esta investigación había sido para nada, y me di por vencido. De regreso a mi nube, pasó algo impresionante: ella estaba sentada ahí mirándome, dispuesta a contar todo lo que había pasado realmente. -Voy a contarte todos los hechos verdaderos- exclamó –hace mucho tiempo el corazón roto (el sol) me maldijo por no poder amar, y a cualquier persona que se atreviera a estar conmigo la destruiría completamente. Yo sabía que teníamos un lazo muy fuerte, y fue por eso que dejé la carta. Cuando me viniste a buscar, no te maté. Me suicidé y, como te dije, somos dos partes de un todo: en otras palabras eras una parte de mí, y ahora estamos acá, ya no existe una maldición- la miré y nos dimos cuenta que íbamos a estar juntos el resto de la eternidad.

lunes, 13 de julio de 2009

Corazón de Papel

Todo comenzó un día como cualquier otro, yo era un dibujo en un papel, y una hoja era todo mi mundo. Solo tenía un árbol, una casa, el sol, un camino y todas las nubes del universo. Una idea bastante rara pasaba por mi cabeza… ¿A dónde llevaba ese camino? No tardé en averiguarlo, pero no me alegró saberlo. Llevaba a un mundo parecido al mío pero el árbol no tenía hojas, mirando las nubes parecía acercarse una gran tormenta, el camino estaba destruido, no había casa, y lo mas espantoso era que el sol era un corazón hacho trizas. En ese lugar había una dama triste, parecía llena de amor y cariño, pero no era así. Tendría que hacer algo para mejorar todas aquellas cosas. Cuando menos me lo imaginaba una sensación rara recorrió todo mi cuerpo, como un escalofrío, pero no pasaba eso, me había enamorado perdidamente de esa chica ¿Se lo tendría que decir? ¿Si o no?

Cuando la mire por primera vez el corazón roto que simulaba ser el sol comenzó a curarse. Por eso decidí decirle, ya no aguantaba las mariposas en la panza. Ella pensaba lo mismo de mí, pero no dijimos nada de esa tontería de los novios, seguimos cada uno por su lado, así que volví a mi casa por el camino completamente destruido, hasta que llegué a mi hogar para descansar. No pude dormir, pensado toda la noche en esa chica que se había adueñado de mi corazón, me hubiese gustado decirle que viniera a mi mundo donde todo era lindo y vivir felices allí por siempre, pero me comporté como un cobarde. Decidí no volver allí por un tiempo, pero la tentación me llevó por el camino hacia ella. Cuando miré el mundo que estaba completamente destruido hace un tiempo, ahora, estaba hermoso. Me crucé con ella y dialogué, y la primera pregunta que hice fue - ¿Qué le pasó a este lugar, como se arregló?- ella dijo que solo necesitaba amor para arreglarse, y que yo había hecho todo ese paraíso. Me impresione al saberlo, y le dije lo que pensaba –Últimamente me has estado gustando mas que lo normal, y quería decirte si quisieras venir conmigo a mi mundo donde todo es ideal- pero la chica dijo que no era el momento. Cuando regrese decepcionado a mi mundo estaba mal, con todas aquellas cosas tristes que no me gustaban. Y en la puerta de la casa encontré una carta que decía:

Quería decirte que me gustas mucho pero tenes que entender que no soy una persona confiable, y te pido que nunca más vuelvas a verme por tu bien.

Firma:…

La carta dejaba muchas dudas en mi cabeza, tendría que averiguar dos datos muy importantes, por que era muy peligrosa, y por que no puso su nombre en la carta. Tuve que usar toda mi inteligencia, como lo hice con el camino, supe que había otros mundos a los que podría ir. De repente, vino a mi cabeza la imagen del árbol, pensé que subiendo a su extremo podría sacar la información necesaria, pero esa idea era muy tonta, como subiendo a un árbol encontraría otro mundo, así que deje esa tonta opción. Decidí encararla, y decirle todo lo que pensaba, pero ella me lo había prevenido. Cuando llegue y le hable, se acercó a mi, y me sorprendió –Te dije que no me busques, lo lamento- y de repente pase a otro mundo, la chica ya no estaba, y hasta ahora sigo averiguando que paso, en mi opinión lo que hizo es matarme, pero nunca lo sabré.